Sobre la Eutanasia
De nuevo me dispongo a tocar un tema delicado sobre el que no tengo una opinión definida, tras ver Mar Adentro y emocionarme con ella, que uno tiene emociones después de todo, me he puesto a pensar sobre el derecho que tiene uno sobre su propia vida
y las conclusiones son poco menos que incongruentes
En casos como el que nos presenta la película que antes he mencionado la eutanasia se puede plantear como la única salida digna para un ser humano, es mas o menos como cuando juegas a un videojuego y la partida no empieza bien, siempre puedes darle a restart y volver a empezar aunque la analogía no es demasiado acertada.
Siempre se ha dicho que uno es el dueño de su vida y eso es cierto, uno tiene el derecho y la libertad de elegir que quiere hacer con su vida, como, cuando y donde quiere hacerlo. Ese es el sentido de la vida, que uno debe buscarle su propio sentido.
Imaginarme a mi mismo en esas circunstancias me pone los pelos como escarpias, me vería privado de la mayoría de las cosas que, para mi, dan sentido a la vida, los paseos, la independencia, las mujeres (Si, las mujeres dan sentido a mi vida, unas mas que otras), conducir, correr, leer y, en fin, ser totalmente autónomo.
A pesar de lo anteriormente mencionado veo como otros seres humanos han pasado por esas circunstancias y siguen pasando por ellas y no solo no se derrumban, sino que luchan y son mas fuertes como ejemplos puedo citar a Stephen Hawking, Christopher Reeve o Rick Allen (Batería de Def Leppard), constatando, una vez mas, que el espíritu humano no puede ser detenido (Y por algo será).
Luego me planteo la pregunta clave, ¿es mi vida mía?... y aquí si que no se que responder, porque planteado desde el punto de vista de uno mismo mi vida es totalmente mía, ¡que cojones!, pero si lo veo desde el punto de vista de alguien cercano a quien quiere hacer un restart tu vida no es tuya, tu vida es mía, ¡que cojones!.
Y digo que la vida de uno no le pertenece por la sencilla razón de que si uno se mata voluntariamente (llamemos a las cosas por su nombre) el deja de sufrir, para pasarle el sufrimiento a quienes le quieren, que son quienes se quedan y le echan de menos, así que hay que meditar las cosas con mucho cuidado.
En conclusión, y de nuevo optando por la forma de verlo de la Wicka, si uno quiere matarse porque cree que es lo mejor debería dejársele hacerlo, e incluso ayudarle a dejar este mundo en la mejor forma posible, pero no debería animársele a hacerlo, es una decisión personal y hay que tomarla en conciencia con uno mismo y con lo que uno crea.
No se debe pedir a nadie que viva por los demás, ni que obvie a los demás en sus decisiones se que es contradictorio, pero es así.
En resumen, que no se que opinar, y espero sinceramente que jamás me vea obligado a definirme, porque eso significará que debo tomar una decisión, y es ago que no deseo ni a mi ni a nadie
He dicho.
En casos como el que nos presenta la película que antes he mencionado la eutanasia se puede plantear como la única salida digna para un ser humano, es mas o menos como cuando juegas a un videojuego y la partida no empieza bien, siempre puedes darle a restart y volver a empezar aunque la analogía no es demasiado acertada.
Siempre se ha dicho que uno es el dueño de su vida y eso es cierto, uno tiene el derecho y la libertad de elegir que quiere hacer con su vida, como, cuando y donde quiere hacerlo. Ese es el sentido de la vida, que uno debe buscarle su propio sentido.
Imaginarme a mi mismo en esas circunstancias me pone los pelos como escarpias, me vería privado de la mayoría de las cosas que, para mi, dan sentido a la vida, los paseos, la independencia, las mujeres (Si, las mujeres dan sentido a mi vida, unas mas que otras), conducir, correr, leer y, en fin, ser totalmente autónomo.
A pesar de lo anteriormente mencionado veo como otros seres humanos han pasado por esas circunstancias y siguen pasando por ellas y no solo no se derrumban, sino que luchan y son mas fuertes como ejemplos puedo citar a Stephen Hawking, Christopher Reeve o Rick Allen (Batería de Def Leppard), constatando, una vez mas, que el espíritu humano no puede ser detenido (Y por algo será).
Luego me planteo la pregunta clave, ¿es mi vida mía?... y aquí si que no se que responder, porque planteado desde el punto de vista de uno mismo mi vida es totalmente mía, ¡que cojones!, pero si lo veo desde el punto de vista de alguien cercano a quien quiere hacer un restart tu vida no es tuya, tu vida es mía, ¡que cojones!.
Y digo que la vida de uno no le pertenece por la sencilla razón de que si uno se mata voluntariamente (llamemos a las cosas por su nombre) el deja de sufrir, para pasarle el sufrimiento a quienes le quieren, que son quienes se quedan y le echan de menos, así que hay que meditar las cosas con mucho cuidado.
En conclusión, y de nuevo optando por la forma de verlo de la Wicka, si uno quiere matarse porque cree que es lo mejor debería dejársele hacerlo, e incluso ayudarle a dejar este mundo en la mejor forma posible, pero no debería animársele a hacerlo, es una decisión personal y hay que tomarla en conciencia con uno mismo y con lo que uno crea.
No se debe pedir a nadie que viva por los demás, ni que obvie a los demás en sus decisiones se que es contradictorio, pero es así.
En resumen, que no se que opinar, y espero sinceramente que jamás me vea obligado a definirme, porque eso significará que debo tomar una decisión, y es ago que no deseo ni a mi ni a nadie
He dicho.
3 comentarios
El hombre hormiga -
Mara -
A mi la pelicula no es q me encantara,pero si q me gustó ;) Realmente la escena q sale "volando" por la ventana y despues besa al personaje interpretado por Belen Rueda me emociono mucho :P
agamor -
No sé hasta qué punto somos dueños de nuestra vida hasta el extremo de acabar con ella cuando queramos.
Además, ¿qué cojones es eso de la dignidad?
Yo personalmente creo que si me encontrase en esa situación... no tengo ni la más remota idea de qué sentiría, qué pensaría...
Mar Adentro está sobrevalorada. No es que carezca de valores la película, pero no es para taaaaaaanto.
Yo lloré viéndola, pese a que sabía cómo iba a acabar.