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Primero Internet... despues el mundo.

Lea nos deja

Lea nos deja

Anoche leí en mi pda que la señorita Lea De Mae nos ha dejado, una verdadera lástima, era una mujer muy bella y muy buena actriz, la lucha que mantenia con su tumor cerebral finalmente tiene un vencedor, y no es quien todos habriamos querido que fuera.

Siempre la recordaré junto a su inseparable Daniella Rush en "Anal Addicts 2", una de las escenas mas espectaculares que jamas protagonizó, podeis dejar vuestras condolencias aqui.

Que siga su ciclo, los pornófagos la echaremos de menos.

Truyaderas nocturnas, Capitulo I

Mientras el ya difunto señor Gardel me recuerda aquello tan traído y llevado de “veinte años no es nada”, dejo vagar mi mente por los ignotos caminos de la ignorancia ilustrada en que hoy nos sumimos y me pregunto, ¿pero de verdad veinte años no es nada?.

Curiosa pregunta, podría hablar de la relatividad Einsteniana del tiempo, pero preferiría dejar eso para los físicos o los aspirantes a tales como mi amigo Aranda, que seria capaz de, por supuesto interrumpiéndose doscientas o trescientas veces para recordar tal o cual anécdota irrelevante, divagar durante horas en un encrespado mar de ecuaciones diferenciales, teoremas, postulados y sistemas de referencia para acabar en la amarga disputa que sostenemos desde hace años, ¿determinismo o indeterminismo?, pues póngame cuarto y mitad de cada...

Desde el punto de vista más poético de la pregunta podría decir que veinte años es un periodo corto para el que pretende aprender los entresijos de la vida, entresijos que debido a mi juventud barbilampiña se me escapan por el forro de los bolsillos del pantalón corto que suelo vestir cuando saco a pasear al “adulto que hay en mi”, en fin, que le vamos a hacer, la juventud, que venimos arrasando...

Veinte años son un tiempo considerable mirados desde el “antes”, te da tiempo a arruinar un par de matrimonios, hacer saltar la bolsa un par de veces e incluso de arriesgarte con la rubia esa del tercero que está tan buena pero que te mira de un modo raro (prueba a echarte desodorante, a mí me funcionó), pero vistos desde el “después” parecen haberse quedado como un gato persa después de un baño, encogidos, es como cuando pierdes la virginidad, te queda un regusto amargo en el techo de la boca, una pregunta candente un “¿pero eso es todo?” que por deferencia a tu “partenaire” no te atreves a pronunciar, veinte años en fin, que pueden haberse desaprovechado haciendo lo que debes, en vez de mandarlo todo a tomar por ahí y liarte la manta a la cabeza y hacer lo que de verdad quieres hacer, como dice mi padre “no me arrepiento de lo que he hecho, sino de lo que he dejado de hacer”, pues que mas quieres que te diga, esas palabras debieran haber sido esculpidas en mármol y colgadas a la entrada de cada escuela del mundo, para que la juventud aprendiera algo útil de la senectud, y no esa sarta de estupideces anacrónicas, mentiras insostenibles y gilipolleces envueltas en papel de regalo que se nos enseña día a DIA, esperando convertirnos en “personas de provecho”, señoras, señores, lamento comunicarles que en ese particular no seré, mientras mi voluntad valga mas que un flan de oferta, una persona de provecho, sino una persona aprovechada... aprovechada de la maravillosa oportunidad de vivir y de dar vida a cuantos me conozcan. Desde mi modesto (y unos cojones modesto) lugar en el mundo prometo cometer cada día el atrevimiento de vivir, y es mas, declaro públicamente que instaré a cuantos se dejen influenciar por mi nociva presencia a hacer lo propio con sus vidas, porque recordemos que aquellos que hacen mucho ruido mientras viven reposan tras la visita de la parca en idéntico silencio que los que transigen con el sí señor, no faltaba mas...

He dicho... y me he quedado tan ancho ¡hala!.

Sobre la Eutanasia

De nuevo me dispongo a tocar un tema delicado sobre el que no tengo una opinión definida, tras ver “Mar Adentro” y emocionarme con ella, que uno tiene emociones después de todo, me he puesto a pensar sobre el derecho que tiene uno sobre su propia vida… y las conclusiones son poco menos que incongruentes…

En casos como el que nos presenta la película que antes he mencionado la eutanasia se puede plantear como la única salida “digna” para un ser humano, es mas o menos como cuando juegas a un videojuego y la partida no empieza bien, siempre puedes darle a “restart” y volver a empezar… aunque la analogía no es demasiado acertada.
Siempre se ha dicho que uno es el dueño de su vida y eso es cierto, uno tiene el derecho y la libertad de elegir que quiere hacer con su vida, como, cuando y donde quiere hacerlo. Ese es el sentido de la vida, que uno debe buscarle su propio sentido.

Imaginarme a mi mismo en esas circunstancias me pone los pelos como escarpias, me vería privado de la mayoría de las cosas que, para mi, dan sentido a la vida, los paseos, la independencia, las mujeres (Si, las mujeres dan sentido a mi vida, unas mas que otras), conducir, correr, leer y, en fin, ser totalmente autónomo.

A pesar de lo anteriormente mencionado veo como otros seres humanos han pasado por esas circunstancias y siguen pasando por ellas y no solo no se derrumban, sino que luchan y son mas fuertes como ejemplos puedo citar a Stephen Hawking, Christopher Reeve o Rick Allen (Batería de Def Leppard), constatando, una vez mas, que el espíritu humano no puede ser detenido (Y por algo será).

Luego me planteo la pregunta clave, ¿es mi vida mía?... y aquí si que no se que responder, porque planteado desde el punto de vista de uno mismo mi vida es totalmente mía, ¡que cojones!, pero si lo veo desde el punto de vista de alguien cercano a quien quiere hacer un “restart” tu vida no es tuya, tu vida es mía, ¡que cojones!.

Y digo que la vida de uno no le pertenece por la sencilla razón de que si uno se mata voluntariamente (llamemos a las cosas por su nombre) el deja de sufrir, para pasarle el sufrimiento a quienes le quieren, que son quienes se quedan y le echan de menos, así que hay que meditar las cosas con mucho cuidado.

En conclusión, y de nuevo optando por la forma de verlo de la Wicka, si uno quiere matarse porque cree que es lo mejor debería dejársele hacerlo, e incluso ayudarle a dejar este mundo en la mejor forma posible, pero no debería animársele a hacerlo, es una decisión personal y hay que tomarla en conciencia con uno mismo y con lo que uno crea.

No se debe pedir a nadie que viva por los demás, ni que obvie a los demás en sus decisiones… se que es contradictorio, pero es así.

En resumen, que no se que opinar, y espero sinceramente que jamás me vea obligado a definirme, porque eso significará que debo tomar una decisión, y es ago que no deseo ni a mi ni a nadie…

He dicho.

Todo es relativo queridos mios

Guiado por los sabios pasos del maestro Iluminatus he realizado un bonito test que pretendia compararme con otros líderes mundiales... el resultado me satisface plenamente.



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